Arrancó otro año teñido de amarillo y negro. El proyecto Carnisa sigue cobrando fuerza y se expandió de manera significativa. Con los referentes de siempre, que supieron dar vida a la pasión aurigrone, el plantel se renovó y las expectativas se multiplicaron. Desde la pretemporada en Pinamar donde los lazos se afianzaron, Kilo sueña con el ascenso.
Para ello cuenta con una estructura sólida, con nuevos recursos y por sobre todo con un plantel completo. Los refuerzos supieron demostrar en los amistosos que están a la altura del compromiso: llegaron el Tincho y Mati para completar la banda izquierda con despliegue y potencia, Germán y Guillote para brindar un gran poder ofensivo, Fabi para sumarse al ataque y ofrecer otra alternativa, y el Alemán, para hacer delirar a la 49 en cada toque…
En lo que va del año se jugaron amistosos en los que el Carnisa implementó variantes de esquema que denotaron un buen funcionamiento colectivo y un mayor peso en el área rival, una de las falencias más evidentes de la temporada pasada. El plantel fue invitado a compartir un partido y almuerzo en Ezeiza con uno de los equipos de la facultad de Ciencias Sociales e invitado a participar de un torneo octogonal preparatorio, en el que también participan rivales directos que aspiran este año al ascenso